Entre las figuras que mejor encarnan la Francia del Antiguo Régimen y que han dejado descripciones invaluables, Madame de Sévigné ocupa un lugar muy especial. ¿Cómo no pensar en su desmedido gusto por la escritura, que la llevó a mantener una correspondencia extensa y continua, no solo con su hija Françoise, sino también con una importante red de corresponsales en un reino que entonces estaba en su apogeo? Mencionar el nombre de Sévigné es dar nueva vida a una mujer cuyo espíritu y belleza, reconocidos unánimemente, fueron ampliamente celebrados por sus contemporáneos y por las personalidades que hicieron el Gran Siglo francés. Hablar hoy de esta exuberante marquesa es también perpetuar el recuerdo de una mujer de corazón y compromiso, involucrada en un papel maternal poco común en su época, impulsada por una sólida cultura artística y literaria. El monumento que constituye su deliciosa correspondencia, parcialmente publicada varias décadas después de su muerte por iniciativa de su nieta Pauline de Simiane, la llevó – a pesar de sí misma – a un panteón de grandes autores que hasta entonces era esencialmente masculino.
Esta exposición temporal pretende apreciar este tema desde una perspectiva nueva y hasta ahora desconocida: la descendencia de Madame de Sévigné. El objetivo es iluminar, a través de sus grandes momentos y sus múltiples perfiles, la creación de una imagen – y quizás incluso de una leyenda sin igual. Desde la primavera hasta el otoño de 2024, la exposición reunirá más de cincuenta obras de primer nivel, procedentes tanto de instituciones públicas de renombre como de grandes colecciones privadas, a veces incluso de los descendientes de Madame de Sévigné que nunca las habían presentado al público. Una escenografía didáctica, con acentos barrocos, pondrá en escena obras invaluables, como algunas de las pocas cartas autógrafas que se conservan. A través de una notable selección de retratos, recuerdos, manuscritos y obras relacionadas con estas mujeres que recibieron el espíritu en herencia, la exposición de Grasse pretende desplegar esta cronología a lo largo de un siglo de gran riqueza. Se trata de ofrecer un recorrido íntimo y encarnado, a lo largo de las generaciones mencionadas, fijando el año 1672 como terminus post quem, que corresponde a la primera estancia de Madame de Sévigné en Provenza, y eligiendo como terminus ante quem el año 1778, año de la muerte de Julie de Villeneuve-Vence, bisnieta de Madame de Sévigné, contemporánea de Jean-Honoré Fragonard, Jean-Baptiste Mallet y Marguerite Gérard, cuyas excepcionales obras se exponen en el primer piso del museo.